Si no piensas, te piensan

¿Os gusta pensar? ¿Estáis acostumbrados a hacerlo? ¿Soléis hacerlo? Pensar es una actividad que nos define, como humanos, pero a la vista de lo que ocurre a nuestro alrededor se diría que una gran parte de la especie ha dimitido de pensar y prefiere consumir pensamientos de otros, preparados y envasados, como quien consume comida basura: rápida, perjudicial y sin fundamento. Pero cómoda… la comodidad, la gran droga de la civilización actual. Queremos comodidad por encima de todo, sin esfuerzo, sin sacrificio, sin disciplina, sin profundizar… en la era de la mayor cantidad de información al alcance de todos, el desconocimiento por pereza es, también, inmenso.

Conozco a una persona que siempre suele decir esto: «Si no piensas, te piensan». Y aunque al principio la frase me chocaba, he llegado a la conclusión de que es totalmente cierta. Porque no faltan quienes piensan, y mucho, y muy bien aunque sea en la dirección contraria… piensan para tener argumentos y explicaciones preparadas para convencer a la gran masa de los que no piensan porque no quieren, y así, volverlos a su favor, implantarles pensamientos ajenos en su mente, facilitarles lo que tienen que pensar y cómo tienen que valorar y ver el mundo, como cuando pides comida rápida y te la sirven en la ventanilla del coche. Ni te muevas, ni te molestes, nosotros pensamos por ti.

Y nos parece de maravilla, lo compramos sin rechistar, agradecidos porque nos evitan una molesta actividad. Es totalmente cierto lo que dice Erich Fromm en «Del tener al ser» y que apuntábamos en la entrada «Tenemos, hacemos, pero… ¿somos?«: el hombre medio de hoy «no conoce casi nada por su propia observación o pensamiento».

Pensamiento frente a emoticono

¿Os ha pasado alguna vez que dices algo y alguien te pregunta «esto dónde lo has visto», en referencia a la tele o a los medios de comunicación, o bien «esto dónde lo has leído»? Bien, pues la respuesta puede ser otra: lo he pensado por mí misma!!!! ¿Por qué nadie pregunta «esto por qué o cómo lo has pensado»?

El pensamiento ha perdido la batalla frente a las emociones baratas, de icono de whatsapp… risita, corazón, risita. En esa superficialidad sí que nos encontramos a gusto, ni hace falta que sepamos expresarnos, basta con elegir la carita que queremos que el otro vea, y que tampoco quiere decir que defina nuestro estado de ánimo.

Nos estamos convirtiendo en analfabetos funcionales, porque desconocemos el lenguaje, cómo utilizarlo, nos falta vocabulario, ante un texto legal hacemos agua, tenemos mala comprensión lectora, nos abrazamos a lo literal y somos incapaces de leer entre líneas, o de interpretar símbolos, o de ir más allá de lo que vemos y oímos… en fin, somos terreno abonado para que los listos de turno nos digan qué pensar y por lo tanto, cómo hemos de ver el mundo y cómo leer lo que ocurre a nuestro alrededor…

Pensar es formar ideas y representaciones de la realidad en la mente de uno, relacionando unas cosas con otras, observar, comprender, elaborar una conclusión… rectificarla, quizás, luego, en base a otras observaciones o pensamientos. También es considerar un asunto con atención y detenimiento, especialmente para estudiarlo, comprenderlo bien, formarnos una opinión sobre ello o tomar una decisión. Es un atributo específicamente humano… en toda la Naturaleza, solamente los seres humanos tenemos la capacidad de pensar.

Hilar, sopesar, contemplar…

Al pensar, entra en juego toda nuestra inteligencia y todas las herramientas que tenemos para que ella sea nuestra guía: intuición, imaginación, emociones, razón… pensamos con la mente, entendida como unión del cerebro y el corazón, un trabajo en equipo que va más allá del conocimiento sensible y más allá del conocimiento racional. Pensar es un lujo que solo nosotros podemos permitirnos.

Pensar es un verbo latino, familia del sopesar, pesar… y tiene sentido, porque pensar es eso precisamente, sopesar varias opciones de cara a tomar la mejor decisión. No significa simplemente darle vueltas al coco, implica en la mayoría de veces una acción consecuencia del pensamiento. Por lo tanto, si no pensamos y nos piensan, quiere decir que nuestras acciones no son nuestras, vienen mediatizadas por quien ha pensado en nuestro lugar… ¿así es como queremos vivir?

La raíz indoeuropea del verbo pensar es (s)pen- que significa estirar, hilar… y también tiene todo el sentido, porque pensar se parece mucho a hilar, a producir un hilo con el que iremos tejiendo y entretejiendo pensamientos, pros y contras, luces y sombras, de cara a tomar decisiones y ejecutar acciones convenientes o no… de hecho, decimos «tirar del hilo» refiriéndonos a eso, a pensar en algo y sacar conclusiones. Hilar también es hacer lo contrario, o sea, convertir en hilo una tela ya tejida… porque el pensamiento teje, entreteje y desteje…

La renuncia

¿Por qué nos es tan fácil renunciar a esta capacidad específicamente humana? Por comodidad, por miedo, por no meterme en líos… porque nadie lo hace, porque no quiero ser el raro del grupo, porque no me quiero hacer el listo… cualquier respuesta es triste y dolorosa, una renuncia histórica que no solo nos atañe a cada uno de nosotros, sino a toda la especie. Cuando un órgano no se usa, la Naturaleza, que es muy lista, lo elimina… deberíamos tomar nota de ello.

Igual que somos lo que comemos, también somos lo que pensamos. Y si renunciamos a pensar, renunciamos a ser… De esto también vale la pena tomar nota.

Y para terminar, algunas frases que han dicho grandes pensadores sobre el hecho de pensar:

Si no actúas como piensas, vas a terminar pensando como actúas.

Blaise Pascal (científico, filósofo y escritor francés)

El sabio no dice todo lo que piensa, pero siempre piensa todo lo que dice.

Aristóteles

Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar, es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde.

Sir Francis Bacon (filósofo, político y escritor)

Pensar es el trabajo más difícil que existe. Quizá esa sea la razón por la que haya tan pocas personas que lo practiquen.

Henry Ford (el de los coches)

Lo que un hombre piensa de sí mismo, esto es lo que determina, o más bien indica, su destino.

Henry David Thoreau (escritor y filósofo norteamericano)

(La imagen que ilustra esta entrada es el cuadro «Mimetismo», de la maravillosa Remedios Varo.)

2 Comentarios Agrega el tuyo

  1. Avatar de florivanic florivanic dice:

    Qué gran entrada para dejarnos pensando justamente. «También somos lo que pensamos» será mi idea a cavilar por los próximos días al menos.

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    1. Hola Florivanic, muchas gracias por tu comentario y por la lectura. Cuéntanos a qué conclusiones llegas tras ese cavilar, creo que todos podemos aprender de las conclusiones de los demás. Un abrazo.

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